Hace tiempo está circulando en internet la imagen con la que empiezo este post.
El hecho de que la frase aparezca junto a la figura del padre del psicoanálisis, da la falsa impresión de que Freud podría haber sifo su autor intelectual pero, anecdóticamente, la construcción se aprovecha de manera artificial de otro sesgo que es el de atribuirle valor de verdad a una expresión a partir de la autoridad que se le confiere a quien la emite.
Quien quiera que haya sido el autor (algunos piensan que se trata de una adaptación de una famosa frase de William Gibson)lo cierto es que la declaración pone de manifiesto con una claridad meridiana el famoso sesgo de representatividad (representativeness bias) descubierto hace casi 40 años por el Nobel de Economía y fundador de la Economía del Comportamiento, Daniel Kahneman (para leer la investigación original de Kahneman hacer click aca)
Los sociologos y los economistas no se ponen de acuerdo respecto de si la gente similar forma grupos discriminando a los diferentes, como sucede en un club y como sugiriera el otro Nobel Thomas Schelling (ver aqui el trabajo original de Schelling), o si por el contrario es el hecho de que la gente comparta muchos espacios comunes lo que termina por hacer a las personas más parecidas.
De cualquier modo que sea lo concreto es que la gente no se distribuye geográficamente ni organiza su vida social de modo aleatorio, sino que barrios, colegios, bares, clubes y grupos de amigos acaban siendo agrupamientos de personas bastante homogeneas hacia dentro del grupo (en un mismo bar por ejemplo), pero muy distintas entre grupos (entre dos bares, por caso).
Ahora bien, hace 150.000 años, cuando probablemente el Homo Sapiens Sapiens pisó por primera vez la tierra, lo habitual era vivir en grupos reducidos, aldeas nómades de unas 30 a 60 individuos. Como las presiones evolutivas eran similares en espacios acotados (generalemtne por factores geográficos)cada uno de los grupos poblacionales era realmente representativo del total de la población de una región, en prácticametne todos los atributos relevantes.
Resultaba entonces lógica y evolutivamente exitosa la generalización de la realidad de una aldea al resto de los poblados, cada vez que había que efectuar una inferencia.
Como es plausible pensar que los procesos de estratificación y segregación social no hayan comenzado sino desde el descubrimiento de la agricultura unos 10.000 o 12.000 años atrás, el sesgo en el funcionamiento de nuestra mente a la hora de efectuar conlusiones y proyecciones ya estaba impreso en nuestros genes.
Como resultado, sistemática pensamos de manera equivocada que nuestro reducido grupo de conocidos, amigos, compañeros de trabajo o universidad y familiares con los que interactuamos son perfectametne representativos del resto del mundo.
En una investigación que llegó a ser citada en el New York Times (click aca para ver la cita), junto con Guillermo Cruces (del Cedlas) y Ricardo Perez Truglia (de Harvard) demostramos que por ese sego la mayoría de las personas tienden a pensar que son de clase media,cuando en verdad muchos de ellos pertenencen a los deciles más altos de la distribución de ingresos, o a los mas bajos (y sospecho que usted que está leyendo este artículo también piensa erroneamente que lo es).
La frase con la que iniciamos este post tiene entonces bastante asidero científico. Así que ya sabe, si usted se siente deprimido o poco satisfecho con su vida, primero pruebe cambiar los grupos que frecuenta, anotarse en otro club, mudarse de barrio y hasta darle vacaciones al bar del cafe con los amigos…si después de ampliar su circulo de referencia todavía sigue pensando lo mismo de usted, entonces sí visite un Psicólogo
Martin Tetaz es Economista, egresado de la Universidad Nacional de La Plata, especializado en Economía del Comportamiento, la rama de la disciplina que utiliza los descubrimientos de la Psicología Cognitiva para estudiar nuestras conductas como consumidores e inversores. Actualmente es Diputado Nacional.