El candidato a diputado por Juntos por el Cambio carga contra las organizaciones sociales. Dice que es vital conseguir la conducción de la Cámara de Diputados. Quiere que un radical sea presidente en 2023. Los secretos detrás de la remera “Ah, pero Macri”.

– ¿Halcón o paloma?

– Halcón. Igual creo que para gobernar en Argentina necesitás sumar una mayoría del 50% de los votos y en eso tienen que estar juntos los halcones y las palomas, no se puede dejar afuera a nadie. Personalmente, no me metí a la política para ser una paloma. Así es mi personalidad. Yo no tengo términos medios ni soy políticamente correcto. Digo las cosas que creo que hay que decir y creo que hay que hacer grandes reformas en Argentina y las planteo, me convenga o no.

– Esta semana el oficialismo no pudo juntar quórum en Diputados. A partir del 10 de diciembre, con la nueva conformación de la Cámara, se viene un Congreso de inmovilidad, que no pueda sacar leyes por una situación de empate?

– El oficialismo está acostumbrado a hacer lo que quiere el Congreso y no le interesa negociar agendas, porque tiene mayoría abrumadora en el Senado y primera minoría en Diputados. Bueno, entonces si no quieren negociar la agenda con la oposición, que se consigan los votos para el quórum.

– ¿Qué escenario se imagina, uno de negociación de agenda o uno de intransigencia?

– Juntos por el Cambio va a buscar la presidencia de la Cámara de Diputados. Si nuestro bloque queda como primera minoría, hay que ir a buscar ese lugar para influir de manera muy determinante en la fijación de la agenda parlamentaria. Hoy las principales fuerzas y cabezas políticas de JxC tomaron la decisión de que es una oportunidad histórica para ir a quitarle al peronismo el control del senado y la presidencia de la cámara y es lo que vamos a hacer.

– Entonces el gobierno debería enfrentar hipotéticamente un congreso presidido en ambas cámaras por la oposición, si se dan los números. Es un gobierno que seguramente va a salir debilitado de las elecciones pero tiene dos años por delante. ¿Se pone en riesgo la gobernabilidad?

– Cuando Juan Bautista Alberdi escribió la constitución de 1853, claramente le sacó ex profeso al ejecutivo la facultad de emitir moneda, de colocar deuda y de fijar impuestos y se las dio al Congreso. El presidencialismo del sistema argentino no surge de la constitución del ‘53 sino de las desviaciones que tuvo después. Entonces lo que nosotros queremos es volver a un Congreso más fuerte, que sea un actor protagónico de la democracia argentina en los próximos dos años… yo no veo cómo eso puede ser malo, al contrario.

– ¿Podría suceder que un Congreso controlado por la oposición a una dinámica que te lleve a una asamblea legislativa?

– Eso no tiene que ver con el Congreso sino con cómo resuelve su interna política el oficialismo después del resultado de la elección. Quince días atrás ese fantasma también circuló, cuando se empezaron a tirar los ministros por la cabeza y uno decía qué pasa si mañana Alberto dice bueno me cansé y me voy. O si Cristina lo vaciaba de poder a Alberto, era una posibilidad, estaba en el aire. Y uno dice, ¿y si el oficialismo pierde por más en la próxima elección y el proyecto político o la continuidad están en discusión hacia el 2023? ¿Se la van a bancar o entre ellos va a estallar una guerra política?

– Una característica suya, pero que se acentuó desde que formalizó su candidatura, es prenderse en todos los debates ¿Es algo que ocurrió siempre o es una sugerencia de los consultores o de los jefes de campaña?

– La gente desde afuera se imagina que el candidato está rodeado de un profesionalismo extremo y no es así. Yo soy yo, la mejor manera que tengo de hacer campaña es siendo 100% Martín Tetaz como fui siempre. Mi rol en las redes fue siempre así. Siempre me gustó ir, patear un hormiguero y pelear con 50 hormigas en partidas simultáneas.

– Otro tema que generó cierto revuelo, me parece que en la tropa propia, fue que usted dijo que no necesariamente Macri debe ser el líder de la oposición. ¿En qué momento se tiene que definir un liderazgo de la oposición? ¿Es ahora o pensando en las presidenciales del 2023 y entre tanto se puede seguir con una conducción colegiada?

– Primero: yo no dije que Macri no era el líder, eso es una expresión que alguien sacó de contexto. A mí en una discusión con liberales en un Spaces de Twitter me dijeron “Macri es el líder de tu partido” y yo respondí “yo vengo de la UCR, no del PRO”. Hay una confusión de algunos que creen que yo vengo por otro partido, yo vengo por la UCR, donde el líder es Alfredo Cornejo que hoy es el presidente de la UCR y hay otros liderazgos del partido, el de Martín Lousteau, por ejemplo. Eso no quiere decir que yo le quite el peso político que tiene Mauricio Macri.

– Hablando de su filiación radical y de cierto crecimiento del radicalismo… ¿va a trabajar también para que un radical pueda tener aspiraciones serias y concretas de disputar la presidencia en el 2023?

– Absolutamente. Hoy, por primera vez el radicalismo llega al 2023 competitivo. En ningún otro partido o alianza hay siete presidenciables como en Juntos por el Cambio. En el peronismo no están. Y dentro de Juntos por el Cambio resulta que hay por lo menos un radical y probablemente dos.

– ¿Quiénes son?

– Martín Lousteau me parece que es hoy el radical que tiene mejor imagen pública y claramente más competitivo de cara a una eventual PASO pero entiendo que alguno de los gobernadores pueda querer también disputar ese protagonismo o eventualmente el ex gobernador y presidente del partido Alfredo Cornejo también. Inclusive Facundo Manes. Tenemos un montón de nombres, hace muchos años que el radicalismo no es tan competitivo.

– Su primera propuesta como candidato fue impulsar un proyecto de Ley para declarar la independencia del Banco Central. En un país donde hubo una Ley de Intangibilidad de los Depósitos y sabemos lo que pasó, ¿es muy importante que se dicte esa ley?

– Lo que ha ido ocurriendo a lo largo de los últimos años, sobre todo del 2012 para acá, es que el presidente de turno ha hecho trampa.Hoy el presidente de la Nación nombra al Presidente del BCRA y al directorio, hoy levanta el teléfono y pide que le manden o adelanten utilidades o adelantos transitorios y lleva financiados 3 billones de gasto público con emisión monetaria. Después le quiere echar la culpa de la inflación a las empresas o a la gente.

– ¿Independencia quiere decir, entre otras cosas, que el Banco Central deje de financiar al Tesoro?

– No. independencia quiere decir un Banco Central conducido con idoneidad y profesionalismo. A mi me gustaría que al menos este Gobierno ponga al frente del Banco Central a una persona que hoy asesora a Martín Guzmán.

¿Quién?

– Daniel Heyman, que es una de las personas que más sabe sobre política monetaria en el país. Es titular de la cátedra de política monetaria en la Facultad, es reconocido como académico y como profesional por todos sus colegas.

– Mirando hacia adelante, ¿de qué depende que la situación en diciembre de 2023 no empeore respecto a la situación actual?

– De la política, de cómo resuelva su interna el Frente de Todos, de que no implosione después de las elecciones del 14 de noviembre. Hoy la gran incertidumbre es qué va a pasar con la política, no con la economía. Si el Frente de Todos encuentra una forma civilizada de resolver su interna yo creo que la economía va a mejorar, por la expectativa de cambio en 2023.

– Días atrás la economista argentina Susana Tenreyro, integrante del staff del Banco de Inglaterra, dijo que ella recomendaría una combinación de shock para el anuncio de un plan económico y gradualismo en su implementación. ¿Qué opina?

– Es interesante. En definitiva es un problema de credibilidad. Si una política gradual es creíble el efecto es de shock positivo. Al contrario, una política gradual no creíble no tiene resultados y resulta un despilfarro. Si tenemos credibilidad, cualquier anuncio gradual tiene efecto de shock.

– Dada la situación que encontrarán, ¿alcanzará solo con la mayoría en ambas cámaras, no hará falta un acuerdo político mucho más amplio?

– Hay que sumar a todos los que se puedan sumar. Por eso la batalla decisiva es ahora, el 14 de noviembre, no en 2023. El voto útil es ahora, para lograr la mayoría en ambas cámaras. No estamos peleando por votos, sino por cambiar una cultura y generar una ola de cambio cultural, un tsunami en 2023 que se lleve puesto cualquier sospecha de debilidad. En 2023 la opinión pública va a votar convencida de las reformas que habrá que hacer.

Ese péndulo se estabiliza cuando hagamos políticas públicas basadas en datos y evidencia. En el tema educación la ciudad de Buenos Aires demostró con datos y evidencia que se podían abrir las escuelas. En la Provincia ocurrió lo contrario: de espaldas a los datos, encerraron a los chicos en municipios que no tenían circulación viral. ¿Qué pasó? Ganó el que apostó a la evidencia, y los chicos se ganaron 12 semanas de clases. La evidencia cierra grietas.

Militancia precoz, economía, psicología y ahora, la política

Martín Tetaz, además de llamarse igual, tiene varios puntos de coincidencia con el ministro de Economía, Martín Guzman. Los dos nacieron y se criaron en La Plata, son hinchas de Gimnasia y Esgrima de La Plata, son economistas graduados en la Universidad Nacional de La Plata, docentes ambos en la UNLP y… coincidieron en una lista de Franja Morada. Fue un poco de casualidad, en 2001, cuando Tetaz estaba egresando y Guzmán recién iniciaba la carrera. Final de las coincidencias.

El hoy candidato a diputado por Juntos por el Cambio se orientó a estudiar la llamada “economía del comportamiento”, que según dice él es “la rama de la disciplina que utiliza los descubrimientos de la psicología cognitiva para estudiar nuestras conductas como consumidores e inversores”.

Lo cuenta así: “Me metí a estudiar psicología y psicología cognitiva. Me recibí de economista en 2001 y en 2002 le dieron el Nobel de economía al psicólogo Daniel Kahneman, por sus estudios sobre toma de decisiones y teoría del comportamiento económico. Me interesó mucho el tema y me puse a estudiar psicología en la Universidad de La Plata. Como era todo psicoanálisis me pasé a una maestría en la UBA, que la empecé pero no la pude terminar, es un tema que tengo pendiente. Pero me sirvió mucho y lo que aprendí lo volqué a mi libro Psychonomics.

Su ingreso al radicalismo fue precoz. A los 12 años ya estaba militando en Franja Morada. “Me hice radical por una cuestión familiar. Mis padres habían militado en agrupaciones de izquierda en los años ‘70 pero en el ‘83 se enamoraron de Alfonsín. Así que yo, que nací en 1974, mamé radicalismo desde chico. A los 12, aún en la primera, me acerqué a Franja Morada y desde entonces no dejé de militar en el radicalismo. De hecho estudié economía porque quería entender las razones del fracaso económico de Alfonsín, que se tuvo que ir del Gobierno en plena hiperinflación”

También es consultor de empresas y, como se dice ahora, “speaker”. Le fue y le va bien como speaker. Lo demostró durante algunos años en la mesa del programa de radio Mitre “Lanata sin filtro” y otros programas de TV, y también cuando se volcó a la política.

Tetaz no escapa a ninguna discusión, y lo demuestra todos los días en los programas a los que lo invitan o en las redes sociales. “Me gusta patear un hormiguero y pelearme con las hormigas, como si fueran 50 partidas simultáneas” Tuvo su hit mediático cuando en medio de un debate con el diputado Carlos Heller mostró una remera con la inscripción “Ah, pero Macri” y cree que ese gesto le ayudó a plantar bandera y a robarle una carta a sus oponentes en los debates.

De hecho Tetaz cuenta que en la última semana lo invitaron a participar de dos debates en la TV, pero que a último momento sus contrincantes declinaron la invitación.

Se autodefine como halcón pero rescata los gestos de autoridad que, dice, tuvo como gobernadora una “paloma” como María Eugenia Vidal.

Tetaz tiene escritos varios libros: “Lo que el dinero no puede pagar”, “Psychonomics”, “Casualmente” y “Economía para Abogados” y “El GPS de tu economía cotidiana”. En diciembre, casi seguro, arranca su mandato como diputado nacional.

Al toque

Un proyecto: Transformar la Argentina.

Un líder: Raúl Alfonsín.

Un prócer: Domingo Sarmiento.

Una comida: La comida india.

Una bebida: Vino Malbec, Campari, coca zero con limón.

Una sociedad que admire: La de los países nórdicos: equilibrio entre libertades y oportunidades.

Un recuerdo: Mi primer recuerdo es mi cumpleaños de 4 y mi padre regalándome un autito rojo a fricción.

Un placer: Correr y tomar sol.

Un sueño: Transformar la argentina.

Una película: El Origen, con Leonardo Di Caprio.

Una serie: Billions.

Un libro: Freakonomics, de Stephen Dubner y Steven Levitt.

Un desafío: Correr una maratón de 42 km y subir a la cumbre del Aconcagua.

nota publicada en CLARIN.com