Los viejos micrófonos de los medios locales se disputan el acalorado escritorio de la CGT.
El ventilador de 4 palas libra una batalla desigual contra los 35 grados de la sala, zumbando con tanta insistencia que interrumpe la característica voz ronca del Presidente Perón, en el preciso instante en que el General anuncia que cerrarán el año 1973 con 150 millones de dólares de exportaciones de manufacturas, calculando que para 1977 sobrepasarían los 500 millones, triplicando la producción.
“El Gobierno se ocupará de que semejante ganancia sea distribuida con justicia, entre todos los que la producen…fifty fifty, como dicen, mitad y mitad” explica con sorna, el fundador del Justicialismo.
Mitad de obsecuencia y mitad de ilusión son también las dos partes en que se divide la motivación del aplauso con que estalla la sala.
Un flash back casi calcado de la ovación que recibió esta semana Guillermo Moreno, solo que en caso del polémico funcionario, el escenario no fue una reunión gremial en Buenos Aires, sino una ronda de negocios en Abu Dhabi.
“La Argentina volvió a alcanzar en la discusión de la renta el famoso fifty fifty que planteó Perón”
Toda una primicia, siendo que el INDEC solo tiene publicada la distribución funcional del ingreso hasta el año 2007, como estimación “provisoria”, y hasta el 2008 en carácter de “provisoria y preliminar” (ver publicación acá).
Por suerte disponemos de unos cuantos datos que podemos analizar para ver si efectivamente el Secretario de Comercio está en lo cierto o si, por el contrario hay algo más debajo de la alfombra.
Lo concreto es que en 2006, último año con cómputos firmes, los trabajadores se llevaron un 41,5 del Valor Bruto de Producción de nuestra economía, cifra casi similar al 41,2 de 1994, aunque un poco por debajo del 46,65 que de acuerdo a una investigación de Juan Graña, del CEPED, tenía nuestro país en 1974 (ver investigación acá).
Ahora bien, tenemos dos fuentes alternativas de evolución de salarios desde entonces.
Por un lado, el índice de salarios del propio INDEC, que creció 253% desde septiembre del 2006 hasta similar mes del 2012, con incrementos que parten del 179% para los empleados públicos y llegan hasta el 334% para el caso de los trabajadores informales, pasando por el 261% para los asalariados registrados del sector privado (ver índice de salarios INDEC acá)
Por otro lado, con números no del todo coincidentes, surge de los informes que efectúa el mismo INDEC, en base a datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, que los salarios del Sector Público habrían crecido un 303% en el ínterin, casi empardando la suba del costo salarial del sector privado registrado, que habría sido del 314% entre puntas.(ver informes basados en SIJP 2006 acá y 2012 acá )
Los datos de empleo también provienen de dos fuentes, aunque en este caso bastante coincidentes.
En la encuesta permanente de hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y censos, se estima que hubo 9.966.000 trabajadores urbanos en el tercer trimestre del 2006 (la muestra solo es representativa de localidades mayores a 100.000 habitantes), cifra que habría ascendido a 10.983.000 exactamente seis años después (ver informes de EPHs 2006 acá y 2012 acá)
Volviendo a los datos del SIJP, vemos que del millón diecisiete mil empleos nuevos, el 43% fueron creados por el sector público que mostró una expansión espectacular en el sexenio, con las plantas provinciales y municipales creciendo un 50,6% al tiempo que la Nación aumentó su personal un 31,06% desde el 2006, siendo el crecimiento de la planta de la Administración Central del 54,09%.
En el sector privado, el verdadero tractor fue el Comercio, que creó 266.547 empleos nuevos, aunque en términos proporcionales la polea del crecimiento le correspondió al sector de Minas y Canteras, cuya producción de puestos laborales creció un 37,55%. La otra locomotora fue el sector inmobiliario, que creó 196.037 nuevas nóminas.
La industria solo aumentó su personal un 13,62% siendo uno de los sectores de menor dinamismo, lo que estaría explicando por qué nuestro país está enfrentando un cuello de botella del sector externo, dado que no producimos las manufacturas que la gente quiere consumir cuando aumenta su ingreso.
Otro fenómeno significativo fue el “blanqueo” de 553.014 trabajadores que pasaron a estar en el sector registrado de la economía.
Retomando entonces a la cuestión distributiva, en síntesis, como el empleo creció un 10,2% y el índice de salarios del INDEC aumentó un 253%, la masa salarial habría aumentado 289,95% y como el Valor Bruto Agregado subió (siempre nominalmente) un 214,75% pues el 41,5 de la torta que los trabajadores se llevaban en 2006 habría trepado hasta el 51,41 en 2012. Esos parecen ser los números que maneja Moreno.
Pero claro, como además del crecimiento global, hubo un cambio estructural en la composición del empleo, usando los datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, podemos estimar el cambio en la masa salarial que ha habido en los últimos seis años, sector a sector.
Como los aumentos salariales a partir de esta fuente son sensiblemente más altos que de acuerdo al índice de salarios INDEC, nos llevamos la sorpresa de que la masa salarial ponderada habría aumentado un 389% (para salarios informales se toma el índice de salarios del INDEC) implicando entonces que la participación de los trabajadores en la torta estaría en el record absoluto del 64.53%. Estos datos son coincidentes, por ejemplo, con el aumento de la recaudación por aportes patronales a la seguridad social, que pasó de 19.047 millones en 2006 a 101.039 en el 2012, o sea un aumento del 430%.
Ahora bien, tengo dos sospechas muy fuertes.
La primera de ellas es que usted está absolutamente sorprendido del número que le acabo de tirar, porque si el debate pasa por si Moreno tiene o no razón con que los trabajadores se llevan el 50%, parece increíble que se lleven el 64.5%
La segunda sospecha es que algo tiene que andar mal, o Argentina es Suecia.
Si Argentina fuera Suecia, el Gobierno no adulteraría los datos del INDEC y si miramos el índice de precios implícitos del PBI, veremos que entre 2006 y 2012 registra un aumento de precios del 135% (15,36% anual), cuando la inflación medida por la Dirección de Estadísticas de Santa Fé (la alternativa más conservadora), arroja un 188% (19,27% anual). La inflación 7 provincias (hasta enero 2011)+ Congreso (desde entonces) arroja 233% (22,2% anual).Por último, la medición de inflacionverdadera.com (desde noviembre del 2007) + Santa Fe (desde 2006 hasta noviembre del 2007)arroja un 218% (un 21,26% anual)
Ok, soy consciente que son índices diferentes y que hay enormes problemas metodológicos en comparar un deflactor con un IPC, pero tampoco pueden ser tan distintos en un país relativamente cerrado al comercio internacional y con una tasa de inversión modesta, como el nuestro, en el que la canasta de consumo de la economía es bastante similar al PBI, más las importaciones y menos la exportaciones.
Puesto en castellano, el PBI nominal es en realidad mucho más alto de lo que reconoce el INDEC, que con el dibujo busca ser algo consistente con la estimación de inflación del orden del 10% anual que produce el organismo.
Prueba de ello es que el Valor Bruto Agregado debe ser igual a la suma de las remuneraciones factoriales (salarios + intereses brutos + beneficios + rentas).
Ahora bien, mirando datos tributarios vemos que la recaudación de aportes patronales creció un 414%, cifra que solo difiere modestamente del aumento de la masa salarial antes encontrado (389%) por culpa del blanqueo de medio millón de trabajadores.
La recaudación de Ganancias, que sirve como proxy de la remuneración del capitalistas y empresarios, subió un 311% entre 2006 y 2012, aunque una pequeña porción de ese aumento puede deberse a mejoras en la eficiencia de la recaudación y atraso en la adecuación del mínimo no imponible.
Por su parte, las retenciones a las exportaciones (proxy de renta agraria) subieron un 187%, incluso cuando se ajusta la cifra para reflejar el aumento de las alícuotas del 2007.
Entonces no resulta posible que el Valor Agregado Bruto haya crecido solo 215% en los últimos seis años, cuando mas del 90% de las remuneraciones factoriales (el agro solo pesa un 9,55% del PBI)crecieron entre el 311% (capital y empresa) y el 389% (trabajo).
Si como ejercicio , en cambio ajustamos el Valor Bruto de Producción con la inflación de Santa Fé, en vez de usar el índice de precios implícitos del PBI, pues la participación de los trabajadores es del 52,66%, cifra casi coincidente con la otra metodología, mientras que si usamos la inflación 7 Provincias + Congreso,entonces la participación asalariada cae al 45,4%. Alternativamente, usando la inflación que proporciona inflaciónverdadera.com llegamos al47,68 de la torta para los trabajadores.
Nótese la gigantesca sensibilidad que tiene el resultado final a las pequeñas diferencias en la evolución anual de los precios (19,27% para Santa Fe, 22,2% para 7 Provincias-Congreso y 21,26 para Inflación Verdadera).
Sabemos, en resumen, que la participación de los trabajadores en la renta está entre el 45,4 y el 52,66%, pero no podemos precisar mucho mas
Más allá del índice usado, creo que de todos modos, en parte, la mejoría esconde(y confirma) el problema de la sobrevaluación de la moneda.
El costo salarial del sector privado registrado subió, medido en la moneda norteamericana, un 176% en los últimos 6 años, al tiempo que el mismo concepto para la industria escalo un 168% en el mismo período de tiempo.
En todos los episodios anteriores de sobrevaluación cambiaria de nuestra historia se asistió a un crecimiento artificial en la participación de los asalariados en la renta.
No necesito recordarles como terminaron los anteriores.
Martin Tetaz es Economista, egresado de la Universidad Nacional de La Plata, especializado en Economía del Comportamiento, la rama de la disciplina que utiliza los descubrimientos de la Psicología Cognitiva para estudiar nuestras conductas como consumidores e inversores. Actualmente es Diputado Nacional.