Mientras escribo esta nota nadie sabe a ciencia cierta la magnitud ni el alcance que efectívamente terminará teniendo la eliminación de subsidios que está definiendo el gobierno
Sin contar el ingreso proveniente de la ANSES ni el BCRA, todo parece indicar que las cuentas públicas cerrarán 2011 con un déficit (luego del pago de deduda) del orden de los 30.000 millones de pesos y con un gasto en subsidios cercano a los 75.000 millones (de los cuales aproximadamente la mitad corresponden a energía).
Así las cosas, si el gobierno quiere resolver el problema fiscal, la quita de subsidios debería ser sino universal cuanto menos bastante generalizada.
El impacto distributivo
Para evaluar el impacto distributivo de los subsidios, sería ideal conocer el consumo de cada hogar y su nivel de ingreso, pero por desgracia los datos disponibles en la página oficial del INDEC solo permiten hacer una conjetura basados en el «Gasto de consumo de los hogares 1996/1997» que es la última encuesta publicada.
No es lo ideal. En los últimos 14 años obviamente esos números se han modificado, aunque todo parece indicar que desde el punto de vista distributivo se ha democratizado más el acceso a electrodomésticos, lo que implica que probablemente el consumo energético de todos los hogares haya subido, pero de manera más pronunciada en los hogares más pobres de la distribución.Al mismo tiempo, puesto que buena parte de las tarifas han estado congeladas (y subsidiadas)el gasto en ese consumo, en términos relativos obviamente ha caido.
Hechas esas salvedades, quiero mostrar y discutir brevemente tres gráficos.
El primero de ellos muestra el gasto de los hogares en combustible para la vivienda, electricidad y agua, como porcentaje del presupuesto total del hogar, para cada uno de los deciles de la distribución del ingreso (desde el más pobre a la izquierda del gráfico, hasta el más rico a la derecha)
Como puede verse, el porcentaje del gasto en gas,electricidad y agua cae sistemáticametne con el ingreso de los hogares, o puesto en otras palabras, la factura «pega menos» en el bolsillo de los hogares mas ricos
El segundo gráfico es el que muestra la relación entre el logaritmo del ingreso per cápita del hogar y el logaritmo del gasto en gas, agua y electricidad. Por construcción la pendiente de la recta de ajuste es una elasticidad, cuyo valor (0,27) nos indica que cada 10% que sube el ingreso, sube 2,7% el gasto en esos servicios.
Así las cosas y aún en un contexto donde los hogares de los 3 deciles más pobres (unos 3.700.000 hogares) queden exceptuados de la quita de subsidios, la medida reducirá el ingreso disponible de la clase media baja y la clase media media, mucho más significativamente que la clase media alta y alta, empeorando la distribución en ese tramo de la curva de Lorenz.
Finalmente y aún cuando soy consciente que la metodología no pasa un reviwe del JEL,si computamos el ingreso de los hogares segun última EPH disponible (segundo trimestre 2011) y les aplicamos el porcentaje del gasto en energía que proviene de la ENGH 96/97 (cuando no había subsidios) y ahora suponemos que el gobierno paga el 66% de esa factura con un cheque a cada hogar llamado «subsidios», pues el gráfico que se forma computando el peso de ese cheque en el ingreso de cada hogar sería el siguiente
Donde, como puede verse claramente, por más que el cheque que reciben los hogares más acomodados es en términos absolutos mas abultado que el que reciben los hogares pobres, tiene un peso menor en el ingreso de los ricos y por ende mejora la distribución del ingreso.
Sacar los subsidios producirá obviamente el efecto contrario.
Martin Tetaz es Economista, egresado de la Universidad Nacional de La Plata, especializado en Economía del Comportamiento, la rama de la disciplina que utiliza los descubrimientos de la Psicología Cognitiva para estudiar nuestras conductas como consumidores e inversores. Actualmente es Diputado Nacional.